Nonogasta: la Justicia Federal nos da la Razón
La lucha en contra de la contaminación y en
defensa de la vida de Nonogasta fue siempre menospreciada por las autoridades y
la curtiembre. Fuimos señalados como mentirosos, mete miedo, opositores al
gobierno, dibujadores de análisis químicos, enemigos de los trabajadores de la
curtiembre, oportunistas partidarios, busca cargos, y tantos otros adjetivos
con los que quisieron callarnos y enfrentarnos con la comunidad. Incluso
llegaron a judicializar a compañeros y compañeras. Pero la dolorosa verdad de
la tragedia socioambiental fue nuestro único motor de lucha. Y hoy la Justicia Federal nos da la Razón.
Desde la medida cautelar que le impuso a la curtiembre, a raíz de una denuncia
nuestra ante instancias nacionales, por intentar trasladar 20 toneladas de cromo
sin respetar el protocolo de la Ley 24.051 (de residuos peligrosos), hasta la reciente
ampliación de esta medida e intimación que le ordena tratar y trasladar, bajo
el marco de la ley, todos sus residuos (peligrosos y no peligrosos) y también
eliminar en 30 días las cañerías que llegan a los piletones, todo es un reconocimiento a la verdad de
nuestra lucha!!
Las luchas de los pueblos tienen símbolos. El
CAÑO que traslada la “sopa química” de la curtiembre a nuestros campos es un
símbolo de la impunidad, del dolor, de las enfermedades, las muertes, el olvido
y el desprecio por la vida con que esta empresa se manejó desde siempre. El
CAÑO de la curtiembre es la expresión no solo de un delito, sino de una
relación brutalmente desigual entre una empresa que se siente impune y un
pueblo preso de la falta de trabajo, la pobreza, el clientelismo político, el
olvido, y una tierra sometida a la voracidad de la ganancia. Sí, porque la
contaminación de Nonogasta es un gran negocio!! El CAÑO le ahorró millones y
millones a la curtiembre. Y es por eso que, para estos empresarios voraces, los
cientos de piletones tóxicos y los campos saturados de residuos sólidos
(que queman y entierran) no huelen ni se ven mal. Y ahí está la diferencia,
nosotros siempre vimos allí un paisaje de dolor, muerte y saqueo!!
Caminamos nuestros campos y ríos, escondidos y
escapando a la persecución policial (puesta al servicio de empresarios
corruptos e impunes) para atestiguar el daño que causaron y nos siguen
causando. Pero el grito de la tierra y la voz de nuestros registros nunca
fueron escuchados. En cambio, la palabra de los que violaron siempre las leyes
ambientales tuvo eco en las oficinas gubernamentales y de la justicia
provincial. Pero ni el dolor ni la frustración nos detuvieron. Y así como
recorrimos nuestros campos contaminados, fuimos andando otros caminos.
Denuncias nacionales e internacionales, estudios con universidades nacionales
fuera de la Rioja, alianzas con hermanos y hermanas que luchan en otros
territorios. Y paso tras paso, incluso cuando el agotamiento parece ganar, la
senda marcada está intacta y por ahí mismito se asoma la razón de ser de esta
lucha: la curtiembre contamina y por eso la Justicia Federal la INTIMA a detener este delito
socioambiental.
¿Seguirán diciendo que la contaminación de la curtiembre
es un “cuento de los ambientalistas”? Tal vez! Pero nadie podrá negar que la
medida de la Justicia Federal es el resultado de nuestra lucha, una lucha
desigual pero sincera. Nadie podrá decirnos que la exigencia de “Solución a la
contaminación de Nonogasta” fue un tema central en las plataformas electorales
de la larga lista de candidatos que, desde la vuelta a la Democracia, pasaron
por aquí. Fue el pueblo organizado quien lanzó a la mesa y a la cara de la
clase política esta demanda, y es por ello que nos sentimos en pleno derecho a
exigirles ser parte integrante de este proceso, para asegurarnos que las
postergaciones de tres décadas serán parte del pasado. Y también nos sentimos
con el derecho a exigirles que nuestros logros no sean “carne de campaña
electoral”.
¡Nuestra lucha continúa hasta
tanto no veamos la solución definitiva a la contaminación y la remediación del
pasivo ambiental!
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